La Guía Nº5: ¿Cómo impulsar una comunicación estratégica por la inclusión? Es una de las 7 guías que integran un set de una caja de herramientas confeccionada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las palabras definen el mundo y al mismo tiempo pueden transformar la idea que se tiene de éste.
El lenguaje genera realidades. Las palabras, en sí mismas, están vacías de significado, como es evidente cuando se escucha una lengua desconocida. Les otorgamos significado mediante las asociaciones ancladas a objetos y experiencias de la vida.
Cada uno de nosotros experimenta el mundo de una forma única. Utilizamos nuestros sentidos externamente para percibirlo e internamente para representarnos la experiencia. Esta representación interna, que constituye nuestro modelo del mundo, no es la representación exacta de un acontecimiento, sino una interpretación filtrada a través de creencias, pautas culturales, valores, suposiciones. Para describirlo, utilizamos las palabras, que son sólo la mejor representación verbal que hemos sido capaces de dar de ellas.
Los pensamientos –que se traducen en palabras, signos o símbolos y nunca pueden equipararse a la velocidad, variedad y sensibilidad de los sentimientos– son una aproximación.
Las palabras, en sí mismas, están vacías de significado, como es evidente cuando se escucha una lengua desconocida. Les otorgamos significado mediante las asociaciones ancladas a objetos y experiencias de la vida.